lunes, 28 de febrero de 2011

El Quijote y Shrek

Cuando me enfrento a los jóvenes e intento explicarles la grandeza de este personaje, la misión se vuelve un poco complicada y de alto riesgo. Insinuar siquiera que lean dos imponentes tomos suscita burla.

No cabe duda de que don Quijote ha cabalgado entre los lectores sufriendo o ganando con cada lectura una nueva interpretación. Él y Sancho encarnan la lucha entre las dos posturas humanas: el idealismo y realismo, es una severa crítica a la política de su época, una despedida nostálgica de la Edad Media y el enfrentamiento del individuo ante un mundo moderno y hostil.

Todo esto suena muy bien, pero no son argumentos que convenzan a los jóvenes para acercarse al Quijote. Consideré entonces que las aventuras de Quijano deben ser traducidas y fue entonces que pensé en Shrek(1) como recurso. Espero que los puristas literarios no se ofendan. La idea vino a mí al ver al verde ogro vestido con armadura. Ambos son lo opuesto al caballero andante. Uno es un ogro, villano por excelencia; el otro es un anciano, antítesis del héroe occidental.

Toda época de crisis engendra la parodia como obra de la saturación, cada época se encuentra al fin de su ruta con ilusiones por la muerte de la utopía que le dio origen.

En sus orígenes, los cuentos de hadas no estaban destinados al público infantil, sino que eran historias iniciáticas tribales, posteriormente, leyendas morales que procuraban orientar a los individuos de una sociedad. La novela de caballería surge en la Edad Media como idealización del caballero de las Cruzadas y exalta sus virtudes y heroísmo; en esta aventura, el caballero, como el príncipe del cuento folclórico, se enfrenta a un oponente representado por un ogro, un dragón, un mago malvado, entre otros. Su premio al final de la historia es la dama virtuosa. Por otra parte, el Quijote intenta ridiculizar la novela de caballería y retratar la épica de la vida real, el héroe moderno que se enfrenta a la difícil e imposible batalla de empatar la realidad con sus aspiraciones. Cervantes de burla del idealismo fantástico de las novelas de caballería, como Amadís de Gaula.

Shreak actúa de modo similar: se mofa de los cuentos infantiles, que no son otra cosa que leyendas de épocas que promueven un mundo idílico y perfecto, donde la mujer es una hermosa dama pasiva y el príncipe un gentil caballero. Es probable pensar que el cuento tradicional se encuentre en crisis, puesto que los valores que estas narraciones intentaban transmitir son obsoletos en nuestra época. El de Shrek obedece a la fábula tradicional: las acciones y personajes se estructuran tal y como señala Vladimir Propp respecto a los cuentos de hadas (2). La trama se resume en un héroe que sale de su aldea a rescatar a una princesa de las garras de un dragón. Hay un villano que se opone al compromiso del héroe y la princesa. El personaje de burro actúa como ayudante del héroe. El beso es el elemento mágico que rompe el hechizo al que la princesa está condenada y la conclusión es idéntica al final tradicional: la boda que representa un final feliz.

En el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, Alonso Quijano ha enloquecido por la lectura de las novelas de caballería, por lo que decide, a sus 50 años, dar vida a aquello que lee. Desencantado, en un imperio agónico, decide ir por los caminos de la Mancha vestido como caballero, con la misión de “desfacer entuertos, salvar princesas, luchar contra dragones”, etcétera. Sancho, además de fungir como su ayudante, es su contraparte. La acción es simple: el Quijote se involucra en eventos cotidianos que pasan a ser grandes aventuras gracias a la imaginación del protagonista. Realmente no pasa nada, la realidad no se transforma: la transformación se da en la psicología de los personajes y –me atrevo a decir –en el lector.

La temporalidad se ve alterada en ambas historias. En El Quijote causa risa que la nostalgia por el pasado provoque que un viejo loco salga a la “modernidad” de entonces, con una armadura caducada, a luchar por los valores medievales. En Shrek, la carcajada viene cuando en un mundo aparentemente medieval, se entromete la modernidad: vemos el imperio Disney aparentando ser un castillo feudal, a un hada madrina cuya labor se parece a la de un cirujano plástico y un Starbucks con caracteres medievales. La realidad rebasa e invade la ficción idílica.

Tanto en la película Shrek como en el libro de Cervantes, los personajes se saben entes de ficción. En El Quijote sucede cuando se encuentra con que su historia ha sido escrita por un tal Cide Hammete Benengueli y ve que el libro se vende con éxito en una librería. En otros momentos, el mismo se asume escrito por un tal Cervantes e incluso entra a la imprenta donde el libro se produce. Nuestro verde personaje, por su parte, mira a la cámara, habla con el espectador y son sus toscas manos las que pasan las hojas del cuento que nos narra.

Los dos personajes tienen una amada por quien luchar. Ninguna de ellas cumple con el estereotipo de la princesa y mucho menos del rol model femenino que se nos ha vendido desde la Edad Media. Dulcinea es una porquera vulgar, tosca y malhumorada; Fiona, una ogra gorda y fea. Los personajes no son lo que debieran, porque intentan comunicarnos un mensaje muy importante: la verdad, la belleza y la realidad, son relativas.

(1) Shrek (2001). Dirigida por: Andrew Adamson y Vicky Jenson.

Escrita por: Ted Elliot , Terry Rossio , Joe Stillman y Roger S. H. Schulman,

en adaptacion del libro de Shrek, de William Steig.

(2) Vladimir Propp, Mofología del cuento. Mexico: Colofón, 1964

jueves, 3 de febrero de 2011

Los mil viajes de Julio Verne, el cronista del futuro


PROBABLEMENTE, ENTRE TODOS LOS VIAJEROS NO EXISTA UNO SOLO QUE IGUALE LAS HAZAÑAS DE JULIO VERNE, REALIZADAS DESDE UNA HABITACIÓN EN LO ALTO DE UNA TORRE. COMO ESCRITOR, VERNE DEBE DE HABER ESTADO FRANCAMENTE CANSADO, PUES LE DIO LA VUELTA AL MUNDO EN VARIAS OCASIONES –UNA VEZ EN SÓLO 80 DÍAS–, RECORRIÓ 60 MIL MILLAS EN EL FONDO DEL MAR, VIAJÓ A LA LUNA, PLATICÓ CON CANÍBALES AFRICANOS E, INCLUSO, EXPLORÓ EL CENTRO DE LA TIERRA. A TRAVÉS DE SU PLUMA, VISITÓ PRÁCTICAMENTE TODOS LOS RINCONES DEL PLANETA DURANTE LOS 40 AÑOS QUE ESTUVO ENCERRADO EN UNA HABITACIÓN DE SU CASA, EN LA CIUDAD FRANCESA DE AMIENS, ESCRIBIENDO A MANO TODOS SUS LIBROS.

Verne nació en Nantes, Francia, en 1828, apenas unos años después de la muerte de Napoleón (1769-1821). El duque de Wellington (1769-1852) era el primer ministro de Inglaterra, los buques de vapor llevaban velas para complementar su fuerza motriz y el ferrocarril tenía tan sólo cinco años de existencia.

VERNE, INSPIRADOR DE GRANDES AVENTUREROS
Muchos de los grandes exploradores e inventores de la historia se inspiraron en la obra de Julio Verne para realizar sus hazañas: el almirante Richard Evelyn Byrd (1888-1957), al regreso de su vuelo sobre el Polo Norte, declaró que Verne había sido su guía; Simon Lake (1866-1945), el padre del submarino, escribió que Verne había sido director general de su vida. El aeronauta y explorador de las profundidades del mar, Auguste Piccard (1884-1962), así como Guglielmo Marconi (1874-1937), el hombre del telégrafo inalámbrico y muchos otros, estuvieron de acuerdos en que Verne fue su inspiración. Incluso, el famoso mariscal de Francia Louis Hubert Lyautey (1854-1934) manifestó que la ciencia moderna no era otra cosa que la puesta en marcha de las ideas de Julio Verne.

El novelista vivió para ver varias de sus fantasías hechas realidad, cosa que se le hacía muy normal, ya que siempre decía: “Lo que un hombre puede imaginar, otro lo puede realizar”.

JULIO VERNE Y ALEJANDRO DUMAS
El biográfico Bernan Frank (1929-2006) cuenta en Jules Vernet et ses voyages que, siendo aún muy joven, Verne se encontraba en una fiesta y estaba mortalmente aburrido, así que decidió salir de ahí y, ya en la calle, tropezó con un ancho caballero; lo primero que se le ocurrió fue preguntarle al robusto hombre si ya había cenado, a lo que el interpelado respondió que sí y que había comido un omelette al estilo Nantes. Vernes aseguró que nadie en París sabía preparar ese platillo mejor que él, ya que era de esa región. Su audacia le valió una invitación a cenar con ese caballero, que no era otro que el autor de Los tres mosqueteros, Alejandro Dumas, con quien comenzaría una estrecha amistad.

El trato cotidiano con los Dumas –padre e hijo– le hizo confirmar su vocación de escritor, incluso compartieron el éxito de la obra Las pajas rotas, en la que Dumas hijo colaboró directamente, mientras que su padre la montó en su teatro. En adelante, aconsejado por su amigo, Julio decidió servirse de la geografía en sus novelas, para hacer lo que Dumas había hecho valiéndose de la historia.

LOS COMIENZOS
Julio Verne se levantaba diariamente a las 6 de la mañana, para escribir durante cuatro horas, antes de salir rumbo a su trabajo como agente de la bolsa. Su primer libro fue Cinco semanas en globo, mismo que quince editores le devolvieron. Esto lo llevó a un acceso de rabia y lo mandó a un decimosexto editor, que sí lo aceptó e hizo de él un éxito de librería.

A los 34 años de edad, Julio ya era famoso, por lo que renunció a la Bolsa de Valores y firmó un contrato que lo obligaba a escribir dos libros al año.

Su siguiente obra fue Viaje al centro de la Tierra, en la que los personajes penetran al cráter de un volcán en Islandia y, después de miles de aventuras, salen deslizándose por un río de lava en Italia. Los lectores no se cansaban de alabarla y Verne fue condecorado con la Legión de Honor.

LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS
Ésta es, quizás, la más famosa de sus obras. Comenzó publicándola a modo de boletín en un diario de París, pero las aventuras del protagonista, Phileas Fogg, quien debía dar la vuelta al mundo en 80 días para ganar una apuesta, causaban tanta expectativa que los corresponsales para mantener al público al tanto de las andanzas del personaje.

En diferentes lugares se cruzaban apuestas a favor o en contra de Phileas Fogg, quien en la India salvó a una viuda de la hoguera; viajó en tren, en globo y hasta en elefante; en las llanuras norteamericanas fue atacado por indios y llegó a Nueva York justo a tiempo para ver cómo el barco que habría de llevarlo a Inglaterra partía sin él. Era tal la euforia que despertaba, que las compañías trasatlánticas le ofrecían dinero a Verne para que en su obra embarcase a Fogg en uno de sus barcos. En lugar de eso, Julio lo hizo fletar un navío que se quedó sin combustible en medio del mar razón por la cual tuvo que quemar los camarotes para poder avanzar.

Fogg llegó al Club Reforma cuando faltaban unos segundos para que venciese el plazo: “En el segundo 57 se abrió la puerta del salón y, antes de que el péndulo marcase el segundo 60, Phileas Fogg apareció y dijo con voz tranquila: “Aquí me tienen ustedes, caballeros””.

Diecisiete años más tarde, en 1889, el diario The New York World contrataría a la reportera Nellie Bly (sí, eso mismo pensé yo; por una sola letra no tenemos el mismo apellido) (1864-1922) para que batiera el récord del personaje ficticio de Verne. Bly lo rompió, concretando su vuelta al mundo en tan sólo 72 días. Después de ella vendrían muchos más.

EN EL AÑO 2890
Uno de los libros más futuristas y menos famosos de Verne es El diario de un periodista americano en el año 2890. En él, Nueva York, con el nombre de “Ciudad Universal”, es la capital del mundo. Hay carreteras de 100 metros de ancho y rascacielos de 300 metros de alto; el clima está regulado, se puede cosechar en el Polo Norte y los anuncios publicitarios se proyectan en las nubes. No tan alejado de la realidad actual, ¿no cree?

CRÍTICA SOCIAL BAJO EL MAR
Toda buena ciencia ficción es mucho más que una simple novela de aventuras, gracias a su profundidad, lo cual, probablemente se lo debamos a Julio Verne. Una de sus novelas más exitosas, llevada al cine en más de una ocasión, es 20 mil leguas de viaje submarino, donde el famosísimo capitán Nemo navega el fondo de los mares a bordo del poderoso Nautilus.

Ahí se puede leer la serie de aventuras de un explorador submarino, pero también encontramos una crítica a la modernidad: Nemo había decidido alejarse de los hombres y su sociedad, por lo que eligió el fondo del mar como su escondite. Los hechos se trastornaron cuando, por diversas vicisitudes –que no mencionaremos en espera de que lean la obra–, el capitán se ve obligado a llevar a bordo a un grupo de exploradores que no quedan muy conformes cuando el capitán les dice, con toda su hospitalidad, que son bienvenidos, pero que se quedarán ahí para siempre. La pelea con el pulpo gigante, el encuentro con los aborígenes asiáticos y la exploración de los mares del Polo Sur son sólo alguna de las aventuras en que se ve involucrada la tripulación del Nautilus.

Verne también comenzó aquí la tradición de las trilogías, ya que las aventuras de este viaje bajo el mar continúan en La isla misteriosa y Los hijos del capitán Grant.

Es importante mencionar que Verne desarrolló en sus páginas la idea del submarino aproximadamente 50 años antes de que los alemanes lo convirtieran en una realidad y la humanidad lo usara –tal y como lo temió Da Vinci y como el mismo Julio profetizó a través de Nemo– para hacer la guerra.

CRONISTA DEL FUTURO
Julio Verne murió en 1905 y el mundo entero se mantuvo pendiente de sus funerales, a los que acudieron 30 miembros de la Academia Francesa que, por cierto, nunca lo aceptó en sus filas, a pesar de ser el escritor más leído de su generación. Estaban también representantes de reyes y presidentes de diversos países.

Verne fue un profeta de lo que estaba por venir. En sus obras, la televisión funcionó muchos años antes de que se inventara la radio y le puso el nombre de fonotelefoto; tuvo helicóptero antes de que volaran los Hermanos Wright y fueron realmente pocas las maravillas del siglo XX que este hombre ni vaticinara. Habló de submarinos, aviones, naves espaciales, luces de neón, aceras móviles, tanques, rascacielos. Julio Verne fue, sin duda alguna, el mejor novelista de su tiempo, padre de la ciencia ficción y cronista del futuro.

La cama

Tanto las camas confortables que soportan el sueño como la recámara, espacio personal e íntimo, son relativamente nuevas en la historia del género humano. El hombre prehistórico –al igual que los animales más cercanos a éste– se reunía en grupos para mantenerse caliente por la noche, con un ojo abierto, temeroso de sus depredadores, y su habitación era la cueva más cercana o cualquier refugio natural que se encontrara a su paso. No fue sino hasta el neolítico que el hombre gozó de una comodidad similar a la de la cama.

En los relatos bíblicos podemos encontrar el uso de cojines en el piso, que proporcionaban una mayor comodidad en el descanso nocturno, aunque éstos eran más bien raros, ya que estaban reservados a los reyes y clases acomodadas. La cultura egipcia, por su parte, descubriría la ventaja de elevar una superficie por encima del piso destinada al sueño, alrededor del año 3400 a.C. El rey Tutankamon descansaba en una cama de ébano y oro, lo cual nos habla de lujo, pero no necesariamente de comodidad: las camas eran cortes de madera estrechos y no muy largos que durante el día servían como sillones. Este mismo periodo, la gente del pueblo seguía durmiendo sobre pulas de hojas de palma en algún rincón de la habitación.

Los nobles de Babilonia dormían en camas de metal con incrustaciones de joyería, las que, se creía, ejercían poderes mágicos sobre el sueño. A esta tendencia se sumarían los griegos, quienes llevaros el concepto de “confort” a un nuevo nivel, creando, además, la ropa de cama a base de pieles y telas. Las almohadas ricamente decoradas se convertirían en un símbolo de estatus. Pero el lujo verdadero en materia de camas llegaría con el Imperio Romano, generalmente decoradas con oro, plata o bronce. Para estas camas ya se incluirían colchones rellenos de carrizo, heno, lana y pieles. También es a los romanos a quienes se atribuye la invención de la cama de agua, ya que fueron ellos los primeros en desarrollar un saco relleno de líquido, el cual proporcionaba un nuevo paradigma de descanso, distinto al que las camas regulares podían brindar. (1)

A la caída de Roma, el lujo en el descanso quedaría rezagado por siglos. (2) Sin embargo, el hombre medieval redescubriría los beneficios de la cama, construyendo una especia de bastión para este fin, una estructura que protegiera a aquel que dormía de los ladrones y asesinos en sus rondas nocturnas. El caballero medieval usualmente dormía sentado solamente con almohadas, un cabezal y con la espada lista para ser usada pendiendo de uno de los postes de la cama. La cama era también escenario del parto y el lecho de muerte, por lo que constituía el punto del comienzo y fin de la vida, volviéndose, de este modo, un lugar muy personal y estrechamente vinculado a los afectos. (3)

Las camas de los nobles de la Edad Media, más allá del estamento guerrero, tenían postes y cortinas que las dotaban de una mayor intimidad, ya que eran un ámbito construido ex profeso para la pareja y, con ello, para el sexo. Así, la cama se erige como el lugar de las pasiones carnales.

Con la llegada del Renacimiento, la cama comenzó a recuperar la comodidad y la grandeza antes vistas en Roma. Inicialmente, fueron los italianos y franceses quienes fabricaron estos muebles. Las camas alcanzaron nuevos niveles de opulencia, gracias a sus tamaños inusuales, así como a las mantas de seda brocada y terciopelo; en el museo Victoria y Alberto se exhibe la cama más grande del mundo –68 personas caben en ella y sus medidas son cinco metros y medio de ancho más de tres y medio de largo.

Luis XIV era conocido como un gran fan de permanecer en cama por lapsos prolongados, por lo que, frecuentemente las reuniones de la corte se llevaban a cabo alrededor de ella. Este rey tenía 413 camas, que ponían de manifiesto su especial gusto por la ostentación y variedad en torno a dicho mueble. (4)

La cama de armazón de hierro con colchón de algodón aparece a fines del siglo XVII, creando un espacio más atractivo para el sueño y menos atractivo para los insectos, ya que hasta ese momento toda clase de pequeñas alimañas habían sido aceptadas como parte de una cama, aun en las habitaciones de la realeza.

Entre los siglos XVIII y XIX se popularizó la expresión “sleep tight” del inglés –literalmente, “dormir apretado”–, que en la actualidad tiene la connotación de “dormir tranquilo y cómodo”, (5) porque entonces los colchones se colocaban sobre sogas que los mantenían fijos a la base de la cama y que debían ser amarradas constantemente.

Hasta el siglo XOX, la recámara había sido el lugar en donde se recibía a las visitas, de modo que era un espacio casi público, la cama incluso podía estar relacionada con esta vida pública llevada a la habitación. Este mueble tenía una clara función social de ostentación que debería ser vista por el resto de la sociedad circundante; las connotaciones de intimidad y cercanía de la cama –lugar a donde no de invita sino exclusivamente a las personas con quienes se comparten vínculos afectivos– son entonces bastante modernas:

“El dormitorio se ha convertido en uno de los ámbitos más “privados” y más “íntimos” de la vida humana. Al igual que la mayor parte de las funciones corporales, también el “dormir” es algo que se ha ido relegando cada vez más, a la trastienda del trato social”. (6)

En las primeras décadas del siglo XX, los colchones de resortes cubiertos con tapiz y las fundas de cama comenzaron a cobrar importancia en el mercado, y además se introdujo el futón (7) en Norteamérica. Para 1950 aparecieron los colchones y cojines hule espuma y, diez años más tarde, reapareciera triunfalmente la cama de agua, acompañada por las camas de posiciones ajustables que invitaban a disfrutar con mayor gusto en el lecho.

Para la última década del siglo XX, la comodidad en el descanso era ya un imperativo. El 1999, la cama queen-size tendría los más altos niveles de venta en Estados Unidos, superando por primera vez a la cama matrimonial, en respuesta evidente a la evolución del hombre: con el aumento de las expectativas de vida, se aumentan también los años de duración de un matrimonio y, ¿quién, después de más de 20 años de dormir con la misma persona, no necesita su propio espacio?

La cama es un lugar tan importante en la vida cotidiana que incluso es objeto de refranes y dichos populares, como:

“En la cama y en la cárcel se conocen los amigos”

en el que la cama cobra connotaciones negativas y de enfermedad; sin embargo, dicho mueble engloba una serie de connotaciones sexuales que dan lugar a expresiones como:

“Esos zapatos, debajo de mi cama”

o el verbo encamar y sus derivados, como encamable, que describe a la persona que resulta atractiva sexualmente. De este modo podemos ver cómo la cama, al ser el escenario por excelencia de las relaciones sexuales, ya sea reproductivas o recreativas, se ha ido llenando de una carga semántica relativa a las actividades amatorias, por lo que muchas veces la relación inmediata en la mente de las personas al escuchar la palabra cama es en este sentido. (8) El mismo Kama Sutra ha sido relacionado con la cama en un fenómeno conocido como etimología popular –se cree que ambos términos están relacionados a sus etimologías–; sin embargo, Kama es el dios hindú del amor, cuyo nombre nada tiene que ver con el celto-latín camba, que da origen a la palabra cama.

Reflexionando un poco podemos asociar la historia de la cama con la evolución de la civilización: mientras más compleja se han vuelto las culturas, mucho más cómodo tenía que ser el espacio en el que –literalemente– se gestan sus “sueños de grandeza”.

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(1)Edward Lucie-Smith, Breve historia del mueble, Madrid, España del Serbal, 1993.

(2)Mary Bellis, inventora y curadora de galerías de arte electrónica, apunta en su “Historia de la cama” –disponible en www.inventors.about.com/library/inventors/blbed/html

(3)Elias Norbert, El proceso de la civilización, México: F.C., 1997.

(4)Éste y muchos otros datos similares en torno a la relación de personajes célebres con sus camas se pueden encontrar en el sitio oficial de The better sleep council, www.bettersleep.org/Mattressology/bed_in_history.asp

(5)The Oxford English Dictionary apunta que el adverbio tightly significa “apropiadamente”, “bien” o “efectivamente”.

(6)Elias Norbert, op. cit., p203.

(7)El futón es una especie de colchón de algodón que sirve ya sea para dormir o bien a manera de asiento.

La perversión o parafilia


“Disculpen que les diga caballeros, pero
es que no los conozco muy bien.”

Grouch Marx

LA PERVERSIÓN, DESDE EL PUNTO DE VISTA PSICOLÓGICO, HA PASADO POR VARIAS DEFINICIONES Y CONCEPTOS QUE HAN IDO EVOLUCIONANDO POCO A POCO. PERO AUNQUE LO QUE ENTENDEMOS POR PERVERSIÓN SE HA TRANSFORMADO, AÚN NO RESULTA NADA ALENTADOR QUE LE DIGAN A UNO QUE ES “UN PERVERSO”.

La palabra perversión deriva del latín perversio, y su definición en el diccionario de la RAE es: “es la acción y efecto de viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe o el gusto”.

En 1885 el psiquiatra francés Magnan utilizó por primera vez la expresión “perversión sexual”, que luego quedó sobreentendida simplemente como perversión.

Debido a la variada utilización popular y profesional, el término perversión presenta interminables dificultades y aunque todavía s común en la literatura psicoanalítica, en las clasificaciones internaciones del DMS-IV (1) se prefiere usar el término de parafilia, porque carece de connotaciones que sugieran censura moral. Parafilia proviene del griego pará, junto a y fílios, el amor. El sentido de la etimología se refiere a una práctica sexual diferente a la “forma convencional”, y se define como un trastorno que consiste en una desviación de la elección en la relación con la pareja; del escenario, de las circunstancias o del modo copular.

Pero entre si son peras o manzanas, he aquí para los lectores de Tu Mamá Me Mima las perversiones o parafilias más conocidas, de acuerdo con el DSM-IV. No vaya a hacer que se sienta muy familiarizado con alguna”

  • coprofilia/urofilia: el que padece esa parafilia identifica la exitación erótica motivada por el olor o contacto con excrementos y orina. Uno de los grandes corpófilos de las historia fue James Joyce, el escritor inglés autor de Ulises. (2)
  • exhibicionismo: consiste en exhibir los órganos genitales a otros, especialmente en situaciones que causen sorpresa y miedo en la otra persona; ocupa el segundo lugar en la frecuencia de parafilias, con 25% de incidencia entre los pacientes de tratamiento.
  • fetichismo: este tipo de parafilia consiste en exteriorizar el deseo en relación a una parte de la persona o con un objeto de su uso. Los reyes de los fetiches son los pies y/o los zapatos –en el público masculino– y las corbatas –en el caso de las mujeres.
  • froteurismo: palabra derivada del francés frotter, que significa “restregar” o “frotar”. El froteurista siente un impulso irrefrenable de aproximarse a mujeres o de abordarlas eróticamente en lugares públicos.
  • hipoxifilia: esta parafilia, considerada una de las más violentas, consiste en intensificar el estímulo sexual por medio de la privación de oxígeno, ya sea a través de la utilización de una bolsa de plástico donde se introduce la cabeza o de alguna técnica de estrangulamiento. En Estados Unidos entre 500 y mil personas mueren accidentalmente cada año como víctimas de esta práctica.
  • necrofilia: es la atracción sexual por cadáveres. El necrófilo para excitarse busca mantener relaciones sexuales con muertos o muertas.
  • pedofilia: atracción sexual de adultos por niños de cualquier sexo. Se considera que entre 5 y 10% de los niños han sufrido alguna agresión sexual, generalmente perpetrada por algún familiar. A pesar de ser ilegal, la pornografía infantil ha aumentado substancialmente en todos los países, lo que puede ser al mismo tiempo efecto y causa del crecimiento de este tipo de parafilia.
  • sadomasoquismo: se refiere a personas que sólo sienten satisfacción sexual a través del dolor experimentado por ellas mismas o infligido a otros. Un individuo puede ser sádico, masoquista, o ambas cosas.
  • voyeurismo: esta desviación se refiere a aquellos que se satisfacen sexualmente observando escondidas un acto sexual y ocupa el tercer lugar en incidencia.
  • zoofilia: también conocida como bestialismo. Esta perversión busca el sexo con animales, que en algunos casos inclusive son entrenados para eso. se presenta en mayor medida en zonas rurales y entre individuos aislados, introvertidos o con incapacidad de relacionarse.

Pero lector, o lectora, que no cunda el pánico; una cosa es la diversión y otra la parafilia, porque para ser un perverso –de acuerdo con la psicoanalista poskleiniano Donald Meltzer– se necesita cumplir con los siguientes requisitos:

- que la parafilia en cuestión sea el único medio de excitación y placer sexual

- que no se tenga la capacidad de relacionarse con la persona en un vínculo maduro de

- relación, sino que la naturaleza del vínculo sea destructivo

- que la parafilia intervenga de relacionarse de manera importante en la vida normal y sea causa de angustia y daño en el funcionamiento psicológico del individuo (3)

La actual apertura a la experimentación sexual y la idea de dejar fuera concepciones morales al hablar de sexualidad toma como punto de partida en el año 1948, cuando el zoólogo estadounidense Alfred C. Kinsey conmueve al mundo la publicación de dos libros: El comportamiento sexual en varones en 1948 y El comportamiento sexual en las mujeres en 1953, que desde entonces han servido de base para toda la educación sexual que se imparte hoy en gran parte del mundo. La tesis de Kinsey coloca a todos los actos sexuales al mismo nivel moral, social y biológico, ya sea dentro o fuera del matrimonio, entre parejas del mismo sexo o del opuesto; descubriendo que muchas personas, de ambos sexos, incluían prácticas “parafílicas” dentro de una vida sexual plena y madura.

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(1) DSM-IV, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, Barcelona: Massons, 1995.

(2) Ver su libro Cartas de amor a Nora Barnacle, publicado por Leviatán, 1992.

(3) v. Donald Meltzer, Estudios sexuales de la mente, Buenos Aires: Lumen Hormé, 1993.