domingo, 28 de diciembre de 2008

El arte del palíndromo



El Diccionario de la lengua española dice que palíndromo se refiere a «palabra o frase que se lee igual de izquierda a derecha, que de derecha a izquierda: p. ej: anilina, dábale arroz a la zorra el abad». Llama la atención que no mencione, entre las palabras de lectura reversible, la voz reconocer o la expresión muy popular acurruca y, asimismo, que no incluya como ejemplo, el célebre palíndromo Anita lava la tina, de autoría desconocida.

En nuestra lengua el argentino Juan Filloy, conocido como «el hombre de los tres siglos» que nació en 1884 y murió en el año 2000, posee la marca de palíndromos. Se cree que construyó más de diez mil frases palindrómicas. Sin embargo, su enorme colección no fue reunida en un solo libro y los estudiosos del género deben buscar las perlas de lectura reversible en las novelas de Filloy: su novela Karcino aloja dos mil cangrejos verbales. Otro argentino, el gran cronopio Julio Cortázar, inventó algunos inolvidables: Salta Lenin el Atlas. En su cuento «Lejana» desliza varios más, muy afortunados: Átale demoníaco Caín o me delata.

La tradición destaca los nombres de Dante y del emperador oriental León vi como practicantes del género. No obstante, es el español la lengua más propicia para la creación de estas expresiones retrógradas, como las apodó Gracián. Más cercano a nuestro tiempo y espacio, el escritor venezolano Darío Lancini publicó un libro erizado de palíndromos: Oír a Darío: Son robos, no sólo son sobornos.

La extensión del palíndromo es variable. Desde una sola palabra Ana a 27 o acaso muchas más como éste de Luis Torrent: Allí por la tropa portado, traído a ese paraje de maniobras, una tipa como capitán usar boina me dejará, pese a odiar toda tropa por tal ropilla.

La pregunta es: ¿cómo se hace un palíndromo? Se toma una palabra que posea varias vocales —las palabras con muchas consonantes son antipalindrómicas— y se estira la cuerda por ambos extremos. Por ejemplo, tomemos la palabra «pera». Podemos buscar hacia la izquierda la conclusión de una frase a partir de la lectura de «rep»: pera-rep —la vocal a funge como comodín o bisagra; es la única letra que no habrá de repetirse. En español encontramos varias palabras que inician con rep: reparto o repita. De manera que tendremos: A ti pera repita y Otra pera reparto. Decía Juan Filloy que la clave para construir palíndromos era la paciencia: yo sé que estas frases respiran con aliento matemático o, con mayor precisión, algebraico; su construcción es similar a la forma como se obtiene el balance en ciertas operaciones químicas. Hay prótesis que ensamblan en varias frases, como por ejemplo, la expresión Allá con amor romano calla; Allá con amor luz azul romano calla o Allá, con amor ateo, poeta romano calla.

Los palíndromos pueden ser temáticos, onomásticos: Adán: ¿somos o no somos nada?; aforísticos: Efímero lloré mi fe; salaces o irreverentes: A dama madura da ruda mamada; críticos: Ama soledades la fama, ama falsedad el Osama o jocosos: A esa pesada Sada se pasea, etcétera.

Por cierto, no me parece ocioso decir aquí que hay nombres compuestos que forman parte de la familia palindrómica, como: Ana Susana, Ramón Omar, Aída Nadia y Osama Dámaso, entre otros.

Entretenimiento de los griegos cultos, el arte del palíndromo, antiquísimo género literario, es alto ejemplo de literatura lúdica, divertida, antisolemne. Aquí ofrezco, para Tu mamá me mima, cinco poemas que admiten una lectura al revés y que se conocen como reversemas:

Yo

Hada

–la Bella–

callé

balada

hoy.

r

Yo

sonreí:

tierno

soy.

r

Allá

César

falla:

amó

racial

y laica

Roma:

allá

frase

calla.

r

El amor

a la rosa

das oral:

¡arómale!

r

Anel:

poeta

flor

olfateó

plena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tu mama mem ima com tu abuela al carbon,

xD

Unknown dijo...

Como es eso tu mama me mima no se puede leer alreves